Esta lápida presenta una imponente cruz sepulcral, símbolo de fe y esperanza en la vida eterna. A su lado, una jardinera ofrece un espacio para colocar flores frescas en honor al ser querido. Este diseño combina la solemnidad de la cruz con la belleza de las flores, creando un lugar de recuerdo sereno y reverente para honrar la memoria de aquellos que partieron.