Esta escultura dorada representa una figura humana con los brazos extendidos, evocando la imagen de la crucifixión, una representación cargada de simbolismo en el contexto funerario. Detalladamente tallada, muestra músculos y pliegues de ropa con realismo, transmitiendo serenidad y solemnidad. La figura está fijada a una base alargada que sugiere la parte inferior de una cruz, simbolizando la esperanza en la vida eterna. Esta obra invita a la reflexión espiritual y al consuelo en momentos de duelo.
