Este crucifijo presenta una figura plateada de Jesucristo clavado en una cruz blanca, simbolizando su sacrificio. La imagen detallada muestra a Jesús en posición extendida, con los brazos abiertos y las manos y pies clavados a la cruz. La sencillez de la cruz blanca resalta la solemnidad del momento, mientras que el fondo blanco enfoca toda la atención en el crucifijo.